A pocos metros de la Carretera de Castilla, y casi en pleno casco urbano de Madrid, nos encontraremos esta pequeña subida que hace las delicias de paseantes, corredores y ciclistas de una gran ciudad que no siempre trata bien a sus ciudadanos deportistas o amantes a tranquilos paseos. Como madrileño que me siento si me das a elegir entre el Museo del Prado o la Casa de Campo, elijo, sin pensarlo, la Casa de Campo.

Carretera ancha y en buen estado, cortada en la actualidad al tráfico de vehículos. Subida de poco más de dos kilómetros entre bellos y tranquilos parajes, salpicados por robles, y viejos pinos, testigos de tristes recuerdos bélicos y del paso del tiempo.

Coronando podremos disfrutar de una confortable pradera, contemplaremos amplias y bellas vistas del Madrid de los Austrias y del barrio de San Antonio de la Florida. Aguas frescas manan, todo el año, del caño de su fuente, perfectamente localizable.

¿La verdad? Me dio mucha envidia el cartel del Forat del Vent de Barcelona…. Lugar, a mi forma de ver, que se asemeja muchísimo al Monte de Garabitas en cuanto a lo que supone para deportistas y paseantes de dos grandes e inmensas ciudades que no siempre tienen fácil poder disfrutar de un lugar tranquilo, en donde se pueda sudar y respirar fuerte. Un tesoro, una isla en medio de tanto ruido.

Desde el día que se puso el cartel catalán, esta idea rondó mi cabeza, y la de muchos compañeros de Madera y Viento de las dos ruedas. Un homenaje a algo que nos parece grandioso…. Y cercano, muy cercano. Ismael, Gamoniteiro, Motoretta, Vicent, Toru, el Gordo y mi amigo David el “atleta atlético”, Jesús Topo, López el “teniente” y muchos más, pasamos por allí, un día sí y cuando podemos sacar una hora, también.

Pintado sobre rodaja de pino, cedida con toda su alegría por Ismael, venido desde la cercana Sierra de Gredos.

El 18/02/2012 motoretta nos cuenta que el cartel ha desaparecido. Curiosamente, el 25/04/12 aparece sin que nadie sepa quién lo ha recolocado, incluso en mejor estado. Sin embargo, el 7/05/2012 desaparece definitivamente.

Fuimos muchos los que teníamos negros augurios sobre la duración de este cartel. Demasiado cerca del casco urbano madrileño. Y allí sigue…. Admirado y cuidado. Ha pasado meses que estaba prácticamente suelto, un solo tirón sería suficiente para quitarlo de donde está anclado y allí continuó todo el verano, nadie lo agredió. Un día fui con clavos y tornillos, con cola…. Y mi sorpresa fue encontrarlo perfectamente anclado…. El trabajo anónimo, lleno de cariño, había sido incluso mejor, mucho mejor, que el nuestro.

Dedicado a mí, que con diferencia, es la subida corta que más corono con la bici. Dedicado a mí que con diferencia, es la subida larga que más corono con mis zapatillas. Dedicada a todos los deportistas, paseantes, atletas, ciclistas, marchadores, esquiadores con patines, madrileños que vemos y sentimos estos parajes, envueltos por una gran ciudad, como nuestro mayor tesoro, nuestra isla…. allí sudamos, allí respiramos fuerte días, muchos días al año.